Un sabor amargo dejó el empate en Santa fe ante el colista Unión.
San Lorenzo sigue sin poder ganar dos partidos en forma consecutiva y el promedio acecha. Luego del triunfo del sábado ante All Boys, ésta era la oportunidad ideal para poder obtener un par de éxitos al hilo y así quebrar esa nefasta racha.
El Ciclón arrancó ganando desde el arranque, pero por desinteligencias propias agrandó a su rival, que es de lo peor del fútbol de Primera División.
Después del gol de penal de Denis Stracqualursi, se produjo una actitud repudiable del artillero azulgrana, que festejó su tanto mostrando un tatuaje de Colón, rival histórico de Unión, originando la bronca de los jugadores e hinchas tatengues. Una vez consumida esa polémica, el local tomó las riendas del partido y solo con empuje logro dar vuelta el marcador faltando poco para el cierre de la primera mitad.
En el primer tiempo, se vio un desconcierto total en el equipo de Pizzi, que daba inseguridad desde el arquero hasta los defensores, de pésimos rendimientos todos y con un desempeño paupérrimo en mitad de cancha de Juan Mercier, que no acertaba un pase a sus compañeros. Además a la hora de crear situaciones las ideas eran nulas y no llegaban a inquietar al arco de Martín Perafán.
En el complemento, San Lorenzo mejoró desde el comienzo y el empate de Fabián Bordagaray le dio algo de respiro y de ilusión de llevarse los 3 puntos. En ese tramo, controló la posesión del balón en casi todo momento, no dejando jugar a su adversario y de haber estado acertado a la hora de la definición, la historia hubiese sido otra.
El equipo de Boedo mereció ganar en tierras santafesinas. Fue el único que quiso la victoria pero el resultado no fue el esperado y ahora se viene una nueva final ante Atlético Rafaela, el próximo sábado, desde las 19:15. En el Nuevo Gasómetro ante la Crema, sólo sirve ganar ya que se trata de un rival directo en la lucha por la permanencia.
MARIANO SUHAS
SOY SAN LORENZO
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