Pizzi se fue por la ventana

El entrenador se reunió con Roberto Ayala, manager del Valencia, y acordó sumarse al equipo español. Ahora, San Lorenzo se queda sin director técnico después de haber respaldado su proyecto hasta en los momentos más difíciles.

Sorpresa en Boedo. Juan Antonio Pizzi dejó de ser el entrenador de San Lorenzo de Almagro luego del título alcanzado el último domingo. El santafesino se reunió con dirigentes del Valencia FC y su manager, Roberto Ayala, para acordar su vínculo al elenco español.

Esta noticia, que sorprendió a los dirigentes del club, obliga ahora a la institución azulgrana a buscar un reemplazante de forma inmediata, ya que el Ciclón comenzará con los trabajos de pretemporada el próximo 5 de enero. Además, hay que resolver la desvinculación de Pizzi, que aún tiene un año y medio más de contrato con San Lorenzo.

La partida del DT ha generado malestar también en los directivos, que han respaldado su proyecto, tan pregonado por él en los micrófonos, en los momentos más difíciles, inclusive cuando el propio Pizzi puso su renuncia a disposición cuando perdió la final de la Copa Argentina.

Pizzi, antes de renovar su vínculo a mediados de este año, puso algunas condicones. Primero pidió por la continuidad de Lammens-Tinelli, metiéndose en donde no le incumbe: la política del club. Luego, exigió dos años de contrato para comenzar la pretemporada y pidió un contrato considerable. San Lorenzo, con mucho esfuerzo, cumplió.

La entidad de Boedo le renovó su contrato por dos años, trajo refuerzos que él pidió (Mauro Cetto y Cristian Álvarez) y respetó sus plazos y forma de trabajo de la manera más acérrima, inclusive en situaciones donde los hinchas se mostraron disconformes con su forma de dirigir los partidos.

Visto esta situación, ahora nos deja de sorprender su ausencia en el Vaticano. "Como católico mi máximo anhelo es conocer al Papa", dijo antes de la consagración en Liniers. Cuando San Lorenzo viajó para regalarle la Copa a Francisco, Pizzi se bajó. Claro, tenía que negociar con los dirigentes del Valencia. La fe estaba puesta en otro lado...

La palabra de Pizzi y su firma en el contrato no sirvieron de nada. Se "auto pizzirruchó", y se fue del Ciclón de la noche a la mañana. Su discurso futbolístico de trabajos a largo plazo, quedó en el olvido y nada de lo que dijo cumplió. Con perdón de los lectores, Pizzi se metió el proyecto en el culo.

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