La Universidad Católica, con Pizzi sentado en el banco, da vuelta un 3-1 en el José Amalfitani y gana 4-3 por la primera fase de la Libertadores del 2011.
Por la Copa Argentina del 2012, en el Padre Martearena Salta, el Canalla de Juan Antonio derrota por penales a la V azulada del Tigre Gareca y se clasifica a los octavos de final.
En el campeonato pasado, San Lorenzo rescata un puntazo frente a Vélez, de visitante, con una bomba de Leandro Navarro desde MDQ, y el entrenador salva su invicto en Liniers.
La obra, en realidad, comenzó a rodarse hace dos décadas, sobre el cierre del Clausura de 1993, cuando Juanchi fue mero actor de reparto en el 2-0 de la Academia en Villa Luro que le cortó un invicto de nueve partidos al Vélez ultraganador de Carlos Bianchi. Tito Bonano fue el protagonista de aquella primera entrega en la que el DT aparecía sólo de a ratos, en las escenas de los festejos. Pero luego sí creció su figura dentro de la zaga, con un par de batacazos de película antes de su desembarco en Boedo, y un punto para continuar con la racha.
Pizziría El Fortín no se filmó en esa mítica esquina de Jonte y Lope de Vega, a unas diez cuadras del estadio, en la que suelen juntarse los hinchas velezanos. De ahí sólo se sacó la idea para el título. La historia del tipo que jugaba siempre contra el mismo equipo y no perdía nunca tendrá, recién el domingo que viene, su cuadro cúlmine, en el que Juanchi y 11 más darán pelea contra todos los que se vengan.
“Creo que cada encuentro es distinto, y más todavía en el fútbol argentino, en el que permanentemente cambian jugadores, entrenadores y circunstancias. Ahora, por ejemplo, si bien me da buenas sensaciones ir a la cancha de Vélez, creo que será un partido diferente al resto. Ojalá no sea la excepción, y podamos cumplir el objetivo del título”, se animó, Juan Antonio, siempre tan medido, en la previa del match que podrá darle su primer laurel en sus ya más de ocho años de trayectoria.
Con la picantísima platea de Vélez -sus socios pueden asistir- detrás de él, con Gareca -quien nunca lo venció- a un lado, y con toda la gloria por delante, JAP regresará con gusto a un fiel que nunca lo vio irse con la cabeza gacha. “Más allá de las estadísticas, hay que ganar para salir campeones. No hay mucha vuelta”, agregó el DT que irá, claro, por otra buena porción de gloria.
OLÉ
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