Lejos de amargarnos por el lógico e inminente descenso del rival de barrio, Huracán, tenemos que pugnar para que el gran clásico argentino sea San Lorenzo-Boca Juniors.
Sería ideal para este propósito que River Plate pierda la categoría, a manos de Belgrano de Córdoba.
El Barcelona de España no le da demasiada importancia a su clásico de barrio, el Espanyol, que está a años luz de su poderío y potencial. Por tal motivo, el Barsa enfoca todos sus cañones en el galáctico Real Madrid.
Pues bien, San Lorenzo no debe enfocar hacia abajo y lamentar las desgracias de un adversario totalmente disminuido y que lo achica: el Club Atlético Huracán, que vuelve a descender a la B Nacional, cosa que ya se le hizo una costumbre. Algo recurrente.
A su vez, no debe haber temor alguno de que se quiera imponer desde algún sector el enfrentamiento frente a Vélez Sarsfield, entidad que viene haciendo bien las cosas dirigencialmente en cuanto al orden institucional que posee. San Lorenzo-Vélez no es derby. Esa es la intención que tienen los de Villa Luro, que buscan a un grande para alinearse como tal.
Claro, depende de la firmeza que tengamos los sanlorencistas. Si hay algunos que se entristecen por el retroceso del rival de barrio, pensando en el "peligro" de Vélez, vamos mal. O acaso los de Estudiantes de La Plata no se reirían de la desgracia de Gimnasia... Hay que enfocarle a Boca, al cual tenemos el enorme orgullo de ser sus padres, como nadie lo puede ostentar.
MARIO BENIGNI
SOY SAN LORENZO
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