martes, 4 de noviembre de 2014

Tarde de brujas


En medio de una intensa lluvia y a horas de partir rumbo Italia para enfrentar su compromiso internacional ante el Milan, San Lorenzo volvió a la victoria en el Nuevo Gasómetro contra Boca y estiró a diez la cantidad de partidos en el historial sobre el equipo de la Ribera. Soberbia actuación de Verón y de los volantes centrales, además Kannemann volvió a ser el mariscal de la defensa.

Ni la copiosa lluvia que amenazaba el inicio del encuentro, ni la actualidad futbolística y deportiva por la que atraviesa el equipo de Edgardo Bauza, pudieron impedir que gente de San Lorenzo se acercara a la cancha en gran número. Y tanto coraje tuvo su premio, ya que el Ciclón mostró una gran actitud desde el minuto cero, llevándose por delante a un Boca con grandes jugadores, que de suplentes poco tienen. Desde los primeros minutos, San Lorenzo hizo méritos para ir ganando, situación que recién plasmó en la segunda etapa, luego de un pase entre líneas maradoneano de Enzo Kalinski, un centro perfecto de la Bruja Verón a la cabeza de Martin Cauteruccio que cabeceó como indican los libros de pique al piso y venció a Orión. Pero la historia aún tenía tiempo para algo más, cuando a los 12 minutos del segundo tiempo, Gonzalo Verón con una jugada brillante de varias gambetas en el área, limpió a la defensa de Boca y le rompió el arco como pedía la terminación de la jugada al arquero visitante, poniendo cifras definitivas al clásico número 183 entre dos de los equipos más grandes del fútbol Argentino.

Para resaltar hay varios puntos altos, empezando por Ortigoza que marcó y jugó al fútbol en un gran nivel, por momentos como si estuviera jugando al baby, con su categoría de siempre. Mercier volvió a ser el de la Copa Libertadores, multiplicándose en los espacios de la cancha y Kalinski en una especie de enlace mentiroso, pudo darle el fútbol que San Lorenzo venia necesitando, aún sin ser su posición natural. Lo de Kannemann ya no es noticia, aportando, a su garra de siempre, la solvencia que un equipo grande necesita en el fondo. Se deben sumar a estas menciones el gran trabajo ofensivo de Verón, que no solo marcó un golazo y asistió a otro, sino que además fue un jugador vertical que rompió líneas todo el tiempo en el esquema rival. Cauteruccio, sin brillar demasiado, volvió al gol y no es un dato menor para un goleador. En fin, una victoria para soñar en la recuperación, pero no solo por los tres puntos, sino por el envión anímico que puede significar para el grupo volver a la victoria contra un clásico rival. Ganó San Lorenzo y alargó por 24 horas más, el día de todos los santos y nada más y nada menos que de la mano de su bruja, Verón, en la semana de Halloween. Aunque uno no crea en eso, que las hay las hay, sino pregúntenle a Orión qué piensa del tema.

PABLO ARTECONA
SOY SAN LORENZO

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