No vamos a decir nada que nuestra gente no sepa o intuya. No vamos a ser originales ni a dar recetas mágicas. San Lorenzo de Almagro, nuestro querido y amado Ciclón, está a travesando un difícil momento, tal vez uno de los más duros de su centenaria historia.
Estar disputando un torneo clave, en zona de promoción, con un plantel poco acorde con los mejores tiempos de su dilatada trayectoria, con una grave situación económica que hasta torna difícil cumplir con las obligaciones más elementales, severos inconvenientes para que sus deportes amateurs y actividades recreativas se desarrollen con normalidad.
Y con una clase política que no ha podido encontrar ni el diálogo, ni la reflexión, ni la participación que la mayor parte de los sanlorencistas exigen para encontrar comunes denominadores que permitan enfrentar mañana adversidad con una unidad de criterios entre quienes tienen la responsabilidad de gobernar, primero, y de controlar y aportar su visión como minorías, después.
Para quienes tenemos responsabilidades en el presente del club, pero no estamos en la gestión diaria, no nos es sencillo actuar. Por un lado, no es el momento de realizar críticas despiadadas ni señalar responsables en actitud acusatoria. Pero tampoco para permanecer impasibles frente al enorme desafío que este año 2012, en particular este primer semestre, nos impone.
Nadie quiere poner palos en la rueda y mucho nos gustaría aportar y colaborar con quienes los socios señalaron para administrar el club. Pero no podemos obligarlos y entendemos que nuestra mayor contribución es seguir ofreciendo colaboración, no entorpecer lo que se hace y realizar, cuando cabe, críticas constructivas en lo interno.
Tenemos que exigir, sí, coherencia y unidad entre quienes día a día nos gobiernan. No puede haber recelos ni agachadas, ni disputas internistas en este momento. Cuando el barco atraviesa aguar turbulentas, no puede haber un mando inestable o dividido.
Estamos frente a instancias decisivas. En primer lugar, en lo deportivo y futbolístico. San Lorenzo no debe descender y para ello todo el esfuerzo y el respaldo de cada sanlorencista debe estar puesto en cada partido que nos toque jugar, alentando y empujando para que la producción de nuestro equipo dentro de la cancha logre esa premisa fundamental.
Por otro lado, nuestros directivos deben extremar su ingenio y capacidad para lograr que el movimiento de la institución se desarrolle sin sobresaltos, que afecten aquel objetivo fundamental.
Y al mismo tiempo todos debemos dar la gran batalla por la restitución de nuestro predio histórico de Avenida La Plata, que tiene en el 8 de marzo en la Plaza de Mayo una instancia fundamental y decisiva en el que cada cuervo será protagonista.
Es un momento decisivo en la historia azulgrana. Momento en el que las ambiciones personales, los posicionamientos de la táctica política, los movimientos estratégicos en función de conveniencias sectoriales y hasta la desidia y la inacción, deben quedar de lado. Ya habrá, cuando el turno lo indique, que realizar una evaluación de los actuales gobernantes y de los proyectos que cada uno tiene para sacar a San Lorenzo de esta situación.
Hoy es tiempo de mostrar la más firme actitud sanlorencista, genuinamente azulgrana, que todos llevamos dentro. Para movilizarnos y alentar. Para reunirnos y manifestar nuestro derecho de volver al lugar que nos vio nacer y hacernos grandes. De aportar lo que podamos, haciendo socios, comprando abonos, caminando el club, practicando deportes y dejar en claro que a este Ciclón, en esta instancia, no vamos a dejarlo solo.
San Lorenzo nos necesita a todos. Y, como siempre lo hemos demostrado, vamos a estar. Que así sea.
Horacio Arreceygor
Vocal CD CASLA
San Lorenzo para Todos
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