miércoles, 4 de abril de 2012

El técnico que San Lorenzo le compró a Quilmes

Ricardo Caruso Lombardi anoche, tras la reunión en Libertador al 600.



El club de Boedo puso 1.500.000 pesos para liberarlo. “Vamos a salir de todo”, dijo el nuevo entrenador.

Era la figurita más buscada en el album de penas de San Lorenzo. Es, para el Mundo Azulgrana, el que puede iluminarle el camino de la salvación. Es Ricardo Caruso Lombardi, el nuevo técnico santo, quien se hará cargo del timón con el que deberá comandar un barco que -a medio camino- se encontró con grietas que lo hunden en la zona de abajo. Hoy por la tarde, Caruso dirigirá su primera práctica y luego será presentado en el estadio como el nuevo entrenador. Así, debutará en el banco de suplentes ante Racing, el domingo, en Avellaneda. Pero para que eso sucediera, hubo una negociación con mil y un nombres en el medio.
Tras un lunes caótico (con Caruso Lombardi dirigiendo a Quilmes contra Aldosivi) que se estiró hasta la madrugada, finalmente ayer al mediodía el DT se reunió con Aníbal Fernández (presidente cervecero) en el Congreso de la Nación. Y tras recibir la aprobación del ex Jefe de Gabinete y actual senador, entonces el camino se allanó. Previo a ello, hubo nexos entre los dirigentes azulgranas y el hombre del Gobierno. Uno fue el diputado Andrés Cuervo Larroque, de peso en La Campora. El otro fue Juan José Mussi, ex intendente de Berazategui y actual Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, de gran relación con Marcelo Moretti, vocal opositor de la CD de San Lorenzo.
Sin embargo, a esa hora de la tarde, como había adelantado Clarín ayer, aún quedaban detalles por resolver. Y los detalles, en el fútbol argentino, son números. Ese fue el momento en el que Carlos Abdo tuvo que empezar a usar su celular para conseguir el dinero que hacía falta para comprar el pase del nuevo entrenador. Esto fue porque San Lorenzo se hará cargo de la deuda de tres meses que Quilmes tenía con Caruso (150 mil dólares) y resarció al club del Sur (200 mil dólares). Todo eso dá 1.500.000 pesos. Además, se arregló el vínculo con el flamante cuerpo técnico y hasta se fijó un premio de 400 mil dólares por salvarse de la Promoción y, en consecuencia, del descenso. Esa montaña de dinero (parte de la salida de Quilmes debió pagarse en efectivo) no salió de la caja de un club con la billetera estropeada. Los que aparecieron para colaborar en la transacción fueron Rafael Savino (ex presidente del club), Claudio Di Meglio (candidato a presidente por el anterior oficialismo en las últimas elecciones), Horacio Arreceygor (vocal opositor) y Marcelo Ercolano (ex protesorero). Sí, toda gente con la que la actual C. D. estaba enfrentada hasta hace poco tiempo. Otro que abrió su billetera fue Marcelo Tinelli, que esta vez prefirió no meterse en la negociación, pero que -a último momento- cooperó con la plata que hacía falta poner.
A Caruso, todo lo que sucedía a sus espaldas, poco le importó. A las 17.30 fue a dirigir el entrenamiento de Quilmes (hoy pasará a la mañana a despedirse del plantel, que quedó dolido por la forma en la que dejó el cargo, con el equipo en zona de Promoción para ascender) y luego se volvió a reunir con Aníbal Fernández, a quien le firmó su “libre deuda” con su ahora ex club. Tras ello se dirigió hasta una escribanía en la zona de Retiro en la que lo esperaban los abogados de ambas partes. Recién a las 22 estampó su firma en el contrato que lo ligará al club por quince meses.
“El tema de la plata será un desahogo para Quilmes y otro problema para San Lorenzo. Yo tengo que seguir mi camino, no puedo tirarme atrás”, marcó el DT cuando aún no tenía puesto el buzo de entrenador. Ya no había dudas: Caruso hablaba con el lado de su cara dando el mejor perfil sanlorencista posible.
Luergo, en charla con Clarín, hizo el análisis de lo que se le viene: “Hay que levantar al equipo en once fechas y me sobra la fe para hacerlo. Estuve en situaciones peores y la supe pilotear. San Lorenzo es un equipo grande y cuando aparezcan los buenos resultados, la gente va a acompañar; todos se van a contagiar para bien y vamos a salir de todo”. Y adelantó que “ya tengo en la cabeza cómo va a jugar mi equipo. Vamos a tener que ajustar algunas piezas y trabajar mucho. Pero sé a lo que me estoy enfrentando. Me gusta el desafío”.
Este San Lorenzo de las angustias, lleno de problemas e inmerso en un vía crucis por el descenso, ya tiene a Caruso Lombardi. Ese hombre que promete milagros. Y los hinchas santos, estampita en mano, también tienen en quien confiar sus rezos...

CLARÍN

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