viernes, 19 de octubre de 2012
Juan Antonio Pizzi: "Más que ganar, el hincha me pide que el equipo juegue bien"
Si habría que etiquetarlo, Juan Antonio Pizzi entraría sin dudas en el grupo de los técnicos denominados conceptualistas . Esos que apelan a que sus equipos se diferencien por una ideología de juego definida, más allá de los fríos números que imponen los diferentes sistemas tácticos. Eso, al menos, es lo que desprende este santafesino de 44 años en la extensa charla futbolera con Clarín , bien de café, a horas de su estreno como entrenador de un San Lorenzo golpeado precisamente por la ausencia de una identidad dentro de la cancha y agobiado por la falta de victorias.
“Más que ganar, el hincha me pide que el equipo juegue bien” , confiesa Pizzi, aunque reconoce no estar exento de la vorágine que envuelve al fútbol argentino: “Ese mensaje de la gente es muy bueno, pero la realidad son los resultados”. Su perfil bajo, lejos de la exposición mediática, es el primer factor opuesto a la figura de Ricardo Caruso Lombardi y una de las razones, además de su proyecto en la cancha, por la que la dirigencia decidió meter el volantazo .
-¿En qué momento te llega este desafío?
-En un momento de crecimiento. Di los pasos que pretendía en mi carrera y esta es la meta a la que puede aspirar cualquier técnico: llegar a un equipo con la historia de San Lorenzo y con la necesidad de ser nuevamente protagonista. Después de lo de Rosario Central necesité un tiempo para recomponer algunas cosas. Pero ya estaba preparado para afrontar esto.
-¿Sentarse con Marcelo Tinelli genera una presión extra a la que podés tener en otros clubes?
-Es indudable que la repercusión que genera todo lo que rodea a Tinelli es de una trascendencia muy grande. Sí, es una responsabilidad extra porque uno está en ojos de todos, más allá de que sean o no aficionados a San Lorenzo. Soy consciente de esto, sé que hay seriedad y que cada uno pone en juego sus actividades personales.
-Quedó muy expuesta tu reunión en Ideas del Sur antes de la salida de Caruso. ¿Se pudo haber evitado? ¿Se perdieron los códigos entre los técnicos?
-No es una respuesta que tenga que dar yo, sino los directivos. Mi forma de ser es siempre la misma. No me gusta la exposición, si bien sé que tenemos ciertas obligaciones en cuanto a comunicarle lo que hacemos a la prensa y al público. Yo trato de bajar el perfil lo más que puedo.
-¿Te encontraste con un plantel golpeado por todo lo que pasó?
-Fue una situación incómoda y desagradable para ellos. Fui jugador y sé lo que significan estos momentos. Se genera una dispersión que estamos obligados a recomponerla en este inicio. Hay un grupo sólido en lo humano. Y en lo futbolístico, creo que se adaptan a lo que pretendo.
¿Y qué pretendés?
-Ser protagonistas ...
-Hay muchas maneras de serlo ...
-Me refiero a manejar los tiempos del partido. Para eso es fundamental saber cuándo hay que presionar, cuándo defender, cuándo atacar, cuándo ejercer la posesión … No se trata de ir al ataque como loco.
-¿Tu equipo saldrá de memoria?
-En las experiencias que tengo no armé equipos de once titulares que salgan de memoria. Eso pasaba hace 20 o 30 años. En la actualidad se necesitan más jugadores y que su nivel no sea muy distante para poder jugar con los nombres. Sí hay que respetar una línea de juego bien clara.
-¿Esa línea será la de las sociedades y la pelota al piso?
-Me gusta tener mayormente el control de la pelota, que haya un ritmo de juego alto y también verticalidad.
-Por ahora, el equipo no pudo tener una identidad definida, ¿cómo pensás revertir eso?
-Puede llevar poco, medio o mucho tiempo. Lo primero es tener un diagnóstico de los jugadores. Después, se arma la estructura numérica de la formación y veremos quién se adapta mejor a cada puesto.
-¿Vas a tener una calculadora en la mano?
-No hace falta porque no pienso mucho en el promedio, aunque sé que la situación es complicada. Acá ganás y estás un poco tranquilo; perdés y estás un poco nervioso. No estoy ajeno a esa presión. Vamos a lucharla -Con Asad, San Lorenzo intentó un estilo de juego asociado, pero no se le dieron los resultados. ¿Si tu propuesta no prospera, cambiarías?
-Estoy convencido de que podremos hacer lo que pretendo. Ojo, no estoy cerrado a nada y creo que hay que ir jugando con un montón de factores.
CLARÍN
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