Se termina el año, Cuervos... ¡Cuántas emociones, llantos y alegrías tuvimos!
La vuelta a Avenida La Plata al 1700 es una realidad, el anhelo de todos los sanlorencistas se cumplió y ya estamos ansiosos por ver levantar las tribunas del nuevo estadio en Boedo.
Empezando la temporada con Carlos Abdo a cargo de la presidencia, el camboyano Leonardo Madelón en el banco de suplentes y con Ricardo Caruso Lombardi suplantándolo por los flojos resultados, se pasó el primer semestre entre el descenso y la Promoción, algo inadmisible para las pretensiones de un gigante como lo es San Lorenzo de Almagro.
Fue una temporada fuera de lo común para nuestra querida institución. Una Promoción que quedará grabada, no sólo por los partidos frente a Instituto con los inolvidables goles del uruguayo Carlos Bueno, sino por lo infartante que significaron esos meses. Recordemos los encuentros electrizantes y no aptos para cardíacos ante Newell´s en el Pedro Bidegain, con el agónico grito de Emmanuel Gigliotti, y el de la última fecha ante San Martín de San Juan, donde se tenían que dar otros resultados para permanecer en Primera División.
El ídolo azulgrana Leandro “Pipi” Romagnoli y el recién llegado Julio Buffarini fueron los abanderados de aquel grupo.
La gloriosa hinchada azulgrana, con su aliento incesante y apoyo incondicional, levantó a un equipo que se caía al abismo. Una muestra de fidelidad a los colores sin precedentes, solamente comparable con la epopeya santa del '82.
La segunda parte del año fue un poco más alentadora, ya habiendo pasado el mayor sufrimiento, y con Matías Lammens y Marcelo Tinelli en la conducción del club y con refuerzos esperanzadores y otros no tanto, pero con la contra de no haber hecho una pretemporada. San Lorenzo aspiraba a priori a engrosar su flaco promedio, pero por qué no a luchar el campeonato.
Pero si no se sufre no vale... El equipo de Caruso Lombardi tuvo muchos vaivenes y el verborrágico DT tuvo que dejar el barco a medio camino.
La asunción de Juan Antonio Pizzi, de reciente paso por Rosario Central, a la conducción técnica y del ídolo Bernardo Romeo en el rol de mánager, causaron sorpresas en el mundo San Lorenzo. El conjunto tuvo otra actitud y mentalidad con el nuevo entrenador y los resultados empezaron a cambiar a favor del Ciclón, que de a poco se fue alejando de la zona baja de los promedios.
Una racha de triunfos, le permitió al equipo de Boedo escalar a 26 puntos en la tabla de posiciones, algo nada despreciable a como había arrancado el panorama.
Si hubiese que hacer un libro con lo que fue el 2012 para San Lorenzo, un capítulo aparte sería para la Subcomisión del Hincha, liderada por el inalcanzable Adolfo Res. Consiguió que una utopía se convierta en realidad y de acá a unos años se volverá a levantar el Gasómetro en donde nunca se tendría que haber ido.
Que el 2013 sea “Santo” y en las fiestas brindemos por esta pasión que nos une: SAN LORENZO.
MARIANO SUHAS
SOY SAN LORENZO
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