sábado, 6 de diciembre de 2014

La farsa actual, teatro antidisturbios

En el mismo lugar en el que Ramón Aramayo hace casi cuatro años fue brutalmente golpeado hasta fallecer, aparece otra vez la misma irresponsabilidad de quienes deben garantizar un espectáculo de fútbol en paz y no están o no quieren estar a la altura de hacerlo.

Apenas superadas las 20 horas del viernes 5 de Diciembre y luego de provenir sigilosamente desde el lado de Gallardo hasta desembocar en Reservistas Argentinos y poder así atravesar esos controles policiales que hacen que uno que va a cubrir un partido de fútbol, se sienta un corresponsal de guerra, pudimos finalmente ingresar en la tribuna destinada en otros tiempos a la parcialidad visitante, y que tantas veces la gente de San Lorenzo tiñera de azulgrana. Una vez adentro, y al dirigirnos al baño, nos encontramos a un efectivo policial munido con implementos de guerra, quien nos regala una mirada intimidante, como si fuésemos criminales. En ese mismo momento y luego de que se me hiciera un nudo en el estómago, pude entender algo de lo que pudo haber pensado Ramón Aramayo casi cuatro años antes que yo, en ese mismo lugar antes de soltar su último aliento.

Me pregunto internamente, cómo se llegó a este nivel de intolerancia que hace que la fuerza policial que debería protegernos en ese sitio, nos mire injustificadamente con odio, el mismo con el que le quitaron la vida a un simple hincha, y padre de familia.

Seríamos entre medios partidarios acreditados, dirigentes y familiares, aproximadamente unas cien personas que estábamos destinadas a ver el partido en una suerte de jaula de zoológico dentro de la tribuna. Quizás la idea, pensé, era hacernos sentir incómodos, bien visitantes, e invitarnos de esa forma a no ir más al Amalfitani. Como si todo lo descripto fuera poco, una vez finalizado el partido en el que San Lorenzo derrotó por dos a cero al dueño de casa, el operativo de seguridad impidió que saliéramos de la cancha durante casi media hora, alegando que la orden era evacuar en primera instancia a la parcialidad local. El corolario de esta medida fue que nos retuvieron en nuestros lugares (hasta Matías Lammens que estaba a nuestro lado, fue uno de los afectados por la medida), y que nos acompañen a retirarnos de manera poco afectuosa cuando las luces del estadio ya estaban apagadas. Así fue como nos liberaron a las buenas de Dios, cuando las calles estaban repletas de hinchas locales en cada esquina esperando identificar a algún sanlorencista para desatar toda su violencia.

Superada la crónica inicial, comenzaré con algunas reflexiones personales no sin antes aclarar, que uno conoce a periodistas partidarios, así como gente amiga de Vélez, que poco tiene que ver con lo acontecido y nobleza obliga, la aclaración. Ahora bien, me pregunto si a la actual dirigencia del club de Liniers conociendo los recientes antecedentes de este partido, no podría haber planificado algo menos riesgoso para los visitantes acreditados. ¿El operativo policial, no debería haber protegido a la minoría mencionada de San Lorenzo y retener a la parcialidad local unos minutos, en lugar de hacer lo contrario?

He decidido no pasar por alto lo acontecido siendo esta vez, la voz de lo que nos tocó vivir a nosotros como a tantos colegas, fundamentalmente post partido hasta llegar a nuestro auto en medio de una zona liberada. De más está agregar, que los medios nacionales no hicieron ni harán eco de esto, porque esta vez no hubo muertos, ni heridos, o por lo menos denuncias que indiquen algo de lo ocurrido.

Confieso que hoy tenía ganas de hablar de Barrientos, Facundo Quignón o quizás de Pichi Mercier y el gran triunfo del Ciclón ante un rival complicado, pero hay cosas que me superaron. La memoria de Ramón y el permanente recuerdo de su familia, me impiden omitir el tema y dar fácilmente la vuelta de hoja.

Como hace uno para explicarse, lo que no termina de entender del todo. De cómo aquello que es solamente un partido de fútbol ni siquiera clásico, se haya transformado en esto, que parece no tener retorno hacia el simple encuentro de fútbol que por cierto es. Por lo demás que es toda esta locura generada que ha terminado con la vida de algunas personas, entiendo que deberán dar explicaciones algunos de sus responsables directos e indirectos.

PABLO ROBERTO "VASCO" ARTECONA
SOY SAN LORENZO

1 comentario:

  1. velez es un club manejado por mafiosos, dese cuenta de ello,
    No quieren soltar la cuerda, y de gracias a Dios que no nos lesionaron ningun jugador.
    Simplemente desean tenernos bajo sus pies para enrriquecerse, pórque encima hay alguien que les paga para que ello suceda.
    Quien les paga, no se, es un mundo grande lleno de calles y callejones oscuros...
    Cuando ellos vayan a nuestro estadio, no tome revancha, porque es la excusa, para seguir enrriqueciendose!!!

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