sábado, 5 de febrero de 2011

"Acá tengo que demostrar mucho más que en Argentinos"


Sonríe Orti: Firmó por tres años y medio con CASLA.

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El refuerzo más rimbombante del Ciclón dice que “recién cuando me ponga la camiseta me lo voy a poder creer”. Conocé el esfuerzo que hizo para llegar a ponerse la 5 azulgrana y su fe: “La voy a romper”.


No hubo ninguna mención para Caruso Lombardi en medio de las eufóricas serpentinas, de los agradecimientos por la concreción del sexto y más rimbombante refuerzo de San Lorenzo. Ni por parte de los dirigentes del Ciclón ni de boca del propio Ortigoza. Pero le deberían haber tirado un centro al ex entrenador del volante en Argentinos. ¿? Fue él quien, cuatro años atrás, quizá le salvó la carrera, quizá le encarriló la carrera, a Ortigoza. Porque Ortigoza ya mostraba sus chiches en Primera, pero no veía engordar su escuálida billetera. Y entonces, en un fin de semana libre se fue a jugar “un torneo de barrio, relámpago, en González Catán, por 700 mangos. Necesitaba la plata. Pero Caruso me agarró y me dijo que no fuera boludo, que tenía un futuro muy grande”, cuenta quien todavía habita en Merlo, “donde los pibes andan relocos por el porro, el paco, el Poxiran, pero yo, por suerte, siempre me mantuve alejado de todo eso”. El asunto es que Caruso, además de hacerlo 100% profesional, habló con los dirigentes de Argentinos para que le tocaran el contrato a Jonny, como le dicen por sus pagos. Segura y compañía le hicieron caso, y ahora acaban de vender a su jugador hecho un fetiche, campeón, en La Paternal, en 2.200.000 dólares. “Y yo me voy triste, porque en Argentinos estuve desde los 9 años. Pero al mismo tiempo, feliz. Estoy en San Lorenzo, hermano. No caigo. Recién cuando me ponga la camiseta me lo voy a poder creer”, le confiesa a Olé quien, además, para solventar los viáticos para entrenamientos de Inferiores tuvo que salir a vender cuadernos en el tren entre sus 13 y 15 años, y hasta improvisarse como repartidor de una distribuidora de hamburguesas por 40 pesos la jornada laboral.
-Y ahora te vas a poner la 5 de San Lorenzo durante los próximos tres años y medio, al menos...
-Increíble. Estoy muy agradecido, se movieron muy bien por mí, más que ningún otro club, como River. Ahora quiero demostrar. Y acá tengo que demostrar mucho más que en Argentinos. Este es un club muy grande, donde empiezo de cero. En Argentinos ya era muy querido, pero en San Lorenzo yo me voy a tener que adaptar al equipo, y no el equipo a mí. Pero me tengo fe, me gustan los desafíos importantes.
-Te trajeron para dar un salto de calidad, para ser el socio de Romagnoli y darle al equipo el fútbol que le viene faltando.
-Ojalá pueda aportar lo mío. Igual, al estar el Pipi de enganche, yo voy a correr más para atrás, a recuperar pelotas para dársela redonda a él, no va a ser como en Argentinos, donde quizá tenía más responsabilidad en la elaboración de juego. Chaco Torres también se proyecta mucho. Pero estoy seguro de que nos vamos a entender. Ojalá que nos entendamos tanto como logramos entendernos con Mercier.
-¿Y Ramón ya te habló? -Sí. Me llamó el martes. Pero hablamos de cosas personales...
-...
-Me dijo que quería tenerme en su equipo. Y la gente de San Lorenzo también, eh. En la calle, cuando aún no había arreglado, ya me tiraban buena onda.
-¿Y vas a responder? Son exigentes los hinchas...
-Que me tengan paciencia, que la voy a romper. Igual sé que en un grande como éste, cuando no se gana, la gente pierde la paciencia rápido. Cuando ven que no se toma el laburo en serio, hay problemas. Por eso es necesaria la disciplina. Cuando hay que laburar, se labura. Y cuando hay que joder, se jode. Pero me dijeron que había un grupo humano muy bueno. Y de jugadores también. Vamos a hacer un gran torneo.


OLÉ

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