martes, 7 de agosto de 2012

A 90 AÑOS DE LA PÉRDIDA DE JACOBO URSO

JACOBO URSO “ LA VIDA POR LOS COLORES”

A 90 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DEL PRÓCER

“No lo lamento por mi, sino por mi Club que necesita de mis esfuerzos para escalar los puestos para colocar a San Lorenzo a la cabeza del campeonato. Con las tribunas que hemos construido, San Lorenzo es el mejor Club de Buenos Aires”

Así se expresaba Jacobo Urso en sus últimos días de su vida en el Hospital Ramos Mejía ante un cronista del diario “El Telégrafo” que tuvo la oportunidad de visitarlo en su lecho de enfermo. Tenía apenas 23 años.

El 6 de agosto de 1922, a las 18,5 horas, partió de este mundo el jugador, el hombre y a la vez nació y se transformó en inmortal el mito de un deportista que entregó todo por la camiseta que defendió y que en cotejos de hacha y tiza fue

capaz hasta de entregar su propia vida.

Así sucedió aquella tarde del 30 de julio de 1922, cuando San Lorenzo visitó a Estudiantes de Palermo en su cancha de Figueroa Alcorta y Dorrego, jornada soleada pese al frío reinante. El partido fue áspero, disputado, con resultado final incierto. De pronto la exclamación del público presente se transformó en un grito de dolor, el aguerrido Jacobo Urso chocó accidentalmente con los jugadores adversarios Van Kammenade y Luis Comoli y cayó sobre el field. Sus compañeros lo socorrieron rápidamente, asustados por la violenta colisión, sin embargo su fuerza de voluntad, su garra y el amor por la camiseta de San Lorenzo lo llevaron a seguir en su puesto de lucha en la búsqueda por alcanzar un triunfo más con el team azulgrana.

Propios y extraños le pidieron que abandonase el campo de juego, sus compañeros le insistieron que no prosiguiese las acciones, pero Urso decidió seguir y empezar a meterse en la historia grande del club.

El cotejo finalizó con la victoria azulgrana por 1 a 0 y la humanidad del jugador cayó desvanecida. La fractura de costilla que le produjo el choque con los rivales le perforó un riñón. Fue internado en el hospital Ramos Mejía donde fue sometido a una operación quirúrgica a fin de serle extraído un riñón destrozado por el golpe.

Pese a su tenaz lucha interior por vivir, falleció el seis de agosto. La congoja del ambiente futbolístico fue total. En la semana de su agonía, desde su lecho de enfermo, Jacobo Urso pudo enterarse de las muestras de afecto y admiración que se había ganado como futbolista y como hombre, de parte del mundo deportivo.

Llegó al club en 1914 para incorporarse a la sexta división y en un ascenso meteórico jugó en tercera un año después e inmediatamente lo hizo en intermedia.

Su gran año futbolístico fue 1919, cuando fue convocado para defender el Seleccionado Nacional de la Asociación Amateur. Ese mismo año tuvo tardes memorables para la vieja afición sanlorencista, como la del 2 de noviembre ante River en Boedo, cotejo que finalizó 3 a 3 y en el que fue a criterio de la prensa “el mejor futboller del encuentro”. Otra de las grandes tardes de Urso fue en el Gasómetro ante Independiente el 23 de noviembre de 1919, partido que ganó San Lorenzo 3 a 1 con dos goles de Jacobo.

Aquella desgracia sufrida tuvo que ver con el amor a nuestros colores, no midiendo consecuencia alguna en el afán de defender con honor nuestra divisa.

Su muerte llenó de dolor las calles de la barriada de Almagro y Boedo, que lloró a su hijo pródigo. Aquel seis de agosto la delegación de la Selección de Checoslovaquia (se encontraba de gira por nuestro país) paseó a pulso el féretro dentro del campo de juego del estadio de Avenida La Plata , justamente aquel que lo vio debutar en primera división el 7 de mayo de 1916, el mismo día en el que San Lorenzo inauguraba oficialmente su cancha. Una multitud calculada en más de siete mil almas bajo la lluvia, lo acompañó en su última morada hasta el viejo Cementerio del Oeste ( Chacarita)

Jacobo Urso fue de los que sobreviven a la existencia física y se prolongan en la obra que contribuyeron a cimentar, por ello mientras viva San Lorenzo seguirá viviendo Jacobo Urso.

“Dejó para los tiempos su amor por San Lorenzo”

El 3 de agosto de 1922, en el reposo de su cama en el hospital Ramos Mejía, Jacobo Urso recibió a un cronista del diario “El Telégrafo” y el prócer azulgrana confesó “No lo lamento por mí, sino por mi club que necesita de mis esfuerzos para escalar los puestos que faltan para colocarse San Lorenzo a la cabeza del Campeonato, con las tribunas que hemos construido San Lorenzo es el mejor Club de Buenos Aires”

El mismo diario sostenía el 6 de agosto de 1926 en el cuarto aniversario de su fallecimiento, dedicando una amplia página a su memoria citando entre los párrafos salientes lo siguiente: “Digno ejemplo de moralidad deportiva para aquellos que hacen del deporte del football un medio interesado y mezquino”

“Jacobo Urso fue uno de esos jugadores todo corazón, caballero de los fields donde militara, su actuación correcta le valía beneplácitos de propios y extraños.

Tuvo en la vida dos cariños muy grandes, a lo que anteponía a todo: su familia y su Club, San Lorenzo.

Adolfo Res

PRENSA SCH CASLA

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