lunes, 27 de agosto de 2012

PROGRESO AZULGRANA ANTE LAS ELECCIONES


"EN EL MISMO LODO ..."

El cierre de listas de cara a las Elecciones Extraordinarias nos ha vuelto a llenar de sorpresas. Horribles, conforme nos tiene acostumbrados nuestro Querido San Lorenzo en estos últimos tiempos. El regreso desembozado de los responsables del desastre, auspiciado en virtud de los negocios que le garantizan al gerente de perversiones, da por tierra con las expresiones de deseo que formulara el Presidente Provisorio tras su flamante designación en la Asamblea del 1 de agosto.

Aquel día, como lo hicimos antes y como lo volvemos a hacer, entendimos que había que dar la cara por el Club. Desatender los razonables vaticinios de muchos compañeros de ruta y meter la cabeza en el barro, ante la inminencia del caos institucional. El Presidente Provisorio juró y perjuró ante multitud de testigos que lo animaba una vocación de expurgar a lo peor de la política sanlorencista. Dio nombres y apellidos que serían -para él- "innegociables". Hizo referencias nominales al autor del escandaloso pase del futbolista Gabriel Méndez, a quien había tenido dudosa participación en la contratación y el gerenciamiento de la seguridad en Ciudad Deportiva, a quienes se proclamaban socios del Armador en distintos emprendimientos de opinable moralidad. "No van a estar", sentenció. Y decidimos confiar en la palabra. Con una valoración positiva acerca de sus primeras gestiones en favor del Club durante la estampida de Abdo, pero con incertidumbre acerca de la resolución definitiva de las pujas por el poder. Incertidumbre que, ni en las peores pesadillas, suponíamos que podía cristalizarse en este espanto que se rubricó horas atrás.

Ahora se entiende con mayor transparencia la obcecación demostrada en celebrar una elección innecesaria en la definición estatutaria, capricho de quien requiere la adulación por encima del esquema institucional: buscan legitimar este renovado desfalco al Club bajo el argumento de que "los Socios los votaron", y con esa manta abrigar las contrataciones espurias y deficitarias con las que volvieron a "ayudarnos".

Corresponde una fuerte autocrítica a quienes integramos Progreso Azulgrana. Por haber confiado en los nuevos disfraces de antiguos escorpiones, por haber aceptado compartir la mesa con un Judas que no reconoce freno ni en los códigos humanos más elementales. Decir que la intención fue la de colaborar y evitar la profundización del desastre no nos exculpa ni nos alivia. Por el contrario, nos duele. Como nos duele ver mezclados con personajes nefastos a quienes -seguramente con buenas intenciones- siguen dando crédito a aquellos que vuelven a renovar la estafa. Sabemos, aceptamos, compartimos que quienes cometen errores políticos deben pagar las consecuencias. En función de eso, hemos decidido excluirnos de la participación en la Lista oficialista, a pesar de ofrecimientos, ruegos, limosnas y extorsiones. No tendremos representación en la próxima CD y sólo el tiempo y el Socio decidirán si conserva sentido nuestra existencia dentro de este San Lorenzo. Nos alejamos con profunda decepción, con las preocupaciones renovadas y la decencia intacta.

Mientras tanto, quienes ayer proclamaban su condición de nuevos habitantes del espacio político, se contorsionan en el fango que con prolijidad riega el gerente de perversiones. El que mostró la hilacha sobre el final del libro de pases, configurando un "2008, pero de 2da. Selección", que ya no ostenta Placentes y Solaris pero exhibe Mirabajes y Alemandis. Con la misma estructura de negocios: los pases son de ellos, los gastos son nuestros. Las sanciones por las imprudencias e impudicias, también quedan para el Club indefenso. Son los que aplauden al entrenador en público, pero ya lo miden en sus obscenas encuestas electorales. Los que ayer fueron socios de Savino, luego de Abdo, más tarde de Grondona y Marchi y en el futuro del Demonio, si eso conviene a sus intereses.

Debemos disculpas a quienes confiaron en nosotros. Por no haber sabido hacer las cosas de un modo mejor, aunque no por ninguna venalidad. Tal vez la distinción parezca irrelevante, pero para Progreso Azulgrana siempre fue central. Y, aunque nos sentimos "manoseaos" -según lo definió el genial Discépolo-, nos resistimos a celebrar el lodo con los que han llevado a nuestro club a una de las peores crisis de la historia.

Progreso Azulgrana
Jugamos para San Lorenzo

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